En los coches de gasolina y gasoil los cambios deben realizarse cada 5.000 a 10.000 kilómetros, mientras que este coste es cero en un coche eléctrico porque no existe. 

Un cambio de aceite puede costar unos 70 euros, dependiendo del tipo de aceite y del lugar donde se realice el servicio. 

Otro de los aspectos a destacar es que los vehículos eléctricos  tienen menos piezas móviles, por lo que hay menos desgaste. 

Los coches eléctricos aprovechan la energía cinética generada durante el frenado para recargar la batería, este  sistema, conocido como frenado regenerativo ayuda a prolongar la vida útil de las pastillas de freno, por lo que los coches eléctricos requieren menos cambios de pastillas de freno en comparación a los de combustión. 

Las baterías de los coches eléctricos son un componente vital, de ahí que su mantenimiento sea una de las mayores preocupaciones entre los propietarios de coches eléctricos. 

Las baterías de éstos coches están diseñadas para sean duraderas y confiables, por eso es muy importante seguir las recomendaciones del fabricante y poder maximizar su vida útil. Esto puede incluir evitar la exposición a temperaturas extremas y utilizar métodos de carga adecuados. Afortunadamente, la mayoría de los fabricantes de vehículos eléctricos ofrecen garantías para las baterías durante un período de tiempo específico, lo que brinda tranquilidad a los propietarios.

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